jueves, 15 de abril de 2021

Hasta siempre HOUSTON!

Jueves, 15 de abril de 2021. Llevabas tiempo con problemas de columna, algo lamentablemente frecuente en los perros de tu raza Teckel, pero era algo llevadero, con medicación cada cierto tiempo y espaciando los paseos largos, evitando escalones y ejercicios que pudieran perjudicarte. Tu carácter fuerte, resistente e indómito te hacía soportar dolores y molestias como pocos seres vivos lo hubieran hecho. Aún así, la vida es lo que tiene, que no es para siempre. Últimamente, los problemas eran más frecuentes, los dolores, las molestias... Todo eso, unido a tu ya avanzada edad de más de doce años, hacía que tu calidad de vida fuera bastante deficiente, aunque soportable, hasta ayer. Llegó ese momento en el que ni aún con medicación se llegaba a mitigar ese padecimiento.

Siempre he pensado que la vida ya es lo suficientemente dura como para, encima, no tener buena salud con la que afrontarla. La vida, o es buena, o no es vida. No merece la pena vivir por vivir, alargando innecesariamente un sufrimiento, a sabiendas de que ni por edad, ni por la naturaleza del problema, la mejora sería posible para mantener esa mínima dignidad.

Hoy, día 15 de abril de 2021, te has ido. Me cabe el cierto consuelo de que has tenido una vida larga, hablando en términos perrunos, y de buena calidad, sobre todo teniendo en cuenta tu carácter difícil, indomable e insometible, pero con una dignidad que ya quisieran muchos de los llamados humanos. 

Nunca tuvimos una relación especialmente estrecha, precisamente por ese carácter, pero eras mi compañero, mi perro. Me costó aceptarte tal y como eras, pero creo que al final, lo conseguí. En cierto modo, aprendí mucho de ti. Ese porte digno, señorial, independiente, fiero, poderoso, audaz, a pesar de tu pequeño tamaño, te hacía único y especial. Cuántos Kong de extrema dureza habrás roto, y cuántos te hemos comprado para que tuvieras siempre tu juguete favorito, por no hablar de otras acciones. Eras así, especialmente especial. Probablemente, en otra familia con menos tolerancia, no hubieran tenido esa paciencia contigo, pero nosotros, la tuvimos, y me siento orgulloso de ello. Posiblemente no fueras el mejor perro del mundo, pero eras mi perro, y con eso bastaba.

Nunca había tenido perro, has sido el primero, probablemente, el único, por eso te valoro más. Has estado conmigo desde que cambié de vida, de ciudad, acompañándome en cada momento. Nunca se termina de aprender, y ahora echo de menos no haber disfrutado más contigo. Cada ser vivo es único y especial, y hay que entenderlo así, y apreciarlo en consecuencia. Puede que haya algún día otro, o puede que no, pero seguro que no será como tú, lo que me hace apreciarte y recordarte como alguien muy especial, que siempre tendrá un lugar en mi recuerdo.

Hasta siempre Houston! Sé que ahora descansas en paz, libre de sufrimiento y de dolor...










Me gusta