domingo, 27 de marzo de 2022

Compartir, mostrar, enseñar

Domingo, 27 de marzo de 2022. Muchas veces me he hecho esta reflexión: ¿Porqué compartir el descubrimiento de algún paraje recóndito bonito, el montaje de alguna mejora determinada a tu máquina, esa maravillosa ruta que te ha costado encontrar? Los foros, las redes sociales, los blogs, se basan en la compartición de lugares, noticias y experiencias, unos las muestran, otros las comentan, y muchos más -la mayoría- solo extraen la información que les interesa, sin aportar nada. El tema es que precisamente en eso se basan estos sistemas, tú compartes, otro comparte, con lo que se convierte en una especie de recipiente de conocimiento al alcance de todos, aunque solo una pequeña minoría se encargue de rellenarlo.

El problema, y el tema de reflexión, se basa en la disyuntiva que se produce al publicitar un lugar poco conocido que tiene precisamente su encanto en que es poco visitado, en que hay poca gente, además del entorno, obviamente. El darlo a conocer, lo único que puede producir es que la gente vaya y se pueda saturar (aunque, obviamente, esto depende mucho del alcance del medio), con lo que pierde precisamente uno de los mayores encantos que le dan valor, la maravillosa sensación de un entorno no intervenido por la presencia humana, junto con la ausencia de ruidos artificiales. Por otro lado, si no se comparte, otros pueden pensar lo mismo, y al no darlos a conocer, se quedan al alcance de los pocos que han tenido la suerte, o la audacia, de conocerlos. Mantienen su encanto, pero muy pocos lo disfrutan. Estas ideas tienen muchos matices, ya que a cada persona le gusta una cosa, y no tienen porqué coincidir los gustos ni las ideas, de quien las expone, con las de quien las lee.

Lo anterior, como he comentado, también es extrapolable a las motos, a los accesorios o a las rutas. De todas formas, en un mundo tan interconectado como el actual, el sistema se basa precisamente en eso, en compartir, en enseñar, en mostrar. De ello se deriva, como casi todo en la vida, una consecuencia buena y otra mala. La buena es que da a conocer hechos que, de otra manera, pasarían casi desapercibidos. La mala, es que precisamente por ello, los conoce mucha gente, con lo que pierden exclusividad y encanto.

Ahí lo dejo, que cada cual saque sus propias conclusiones...








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