La noche, el día; lo blanco, lo negro; el fuego; el agua; la tierra, el
cielo; la alegría, la tristeza; lo bueno, lo malo; la carretera, el campo...
así podríamos seguir. El mundo, la vida, están llenas de dualidades, de
antónimos. Es cierto que también hay términos medios pero son, muchas veces,
complicados de delimitar.
Esta reflexión, aplicada al mundo de la moto, me ha venido a la mente
para el caso que os quiero contar: aficionado a las motos desde hace años e
inmerso en la decisión de sustitución de mi moto actual, así como de compra de
un nuevo modelo de uso "multipropósito", la dualidad en este caso
sería: lo caro, lo barato.
¿Porqué? Actualmente tengo una moto de carretera BMW
R 1200 Roadster, una máquina de gran cilindrada de las consideradas
"caras". Teóricamente, la consideración de "cara" suele ir
asociada a calidad y a excelentes componentes. Si bien esto es cierto en parte,
no es menos cierto que tanto esta como otras máquinas similares que entran en
el concepto de "caras" no están exentas de problemas, de debilidades
y de defectos. Quería comprobar si la consideración de "barato" va
asociada a continuos problemas, a falta de calidad o a escasa fiabilidad. Es
por eso que me he decantado por el polo opuesto en motos, por una de las
máquinas "multipropósito" más económicas que se pueden comprar, al
menos, que pueda llamarse moto de verdad, aunque sea de pequeña cilindrada: la Keeway TX 125 S.
Keeway es la marca creada en 1999 por Qianjiang, una gran fábrica china que decidió en su día intentar el “asalto mundial” desde Europa (en Hungría está su central y en Italia su centro de I+D), con modelos desarrollados en Europa aunque fabricados en China. Son también los propietarios de Benelli, de ahí que ese centro de I+D esté en Pésaro. Y de toda esta historia deriva el hecho de que no se pueda comparar la calidad actual de Keeway con la de otras marcas chinas típicas, de esas cuyo importador es una sociedad con intención de traer cuatro contenedores de motos de cualquier gran fábrica china, con una marca inventada, vender las motos y desaparecer. En China, como sucede en muchos sitios, saben fabricar mal, regular o bien. Todo depende del precio al que pretendas comprar.
Keeway es la marca creada en 1999 por Qianjiang, una gran fábrica china que decidió en su día intentar el “asalto mundial” desde Europa (en Hungría está su central y en Italia su centro de I+D), con modelos desarrollados en Europa aunque fabricados en China. Son también los propietarios de Benelli, de ahí que ese centro de I+D esté en Pésaro. Y de toda esta historia deriva el hecho de que no se pueda comparar la calidad actual de Keeway con la de otras marcas chinas típicas, de esas cuyo importador es una sociedad con intención de traer cuatro contenedores de motos de cualquier gran fábrica china, con una marca inventada, vender las motos y desaparecer. En China, como sucede en muchos sitios, saben fabricar mal, regular o bien. Todo depende del precio al que pretendas comprar.
Así pues, la dualidad en mi caso y en el mundo de la moto podría
definirse como lo caro: BMW R 1200 R y lo barato: Keeway TX 125 S. Bien es cierto que no
son máquinas comparables en ningún aspecto, salvo en que tienen dos ruedas, pero
sí suponen el contrapunto de ser una de las motos más caras que pueden
comprarse frente a una de las más baratas. ¿Cuál dará mejor resultado? ¿Cuál
dará menos problemas? El tiempo es ese juez inapelable que da y quita
razones...
Tomar la decisión de comprar la Keeway ha sido fruto de numerosas investigaciones tanto en internet
como a usuarios que han tenido o tienen una de estas motocicletas. En líneas
generales, la gran mayoría de usuarios de Keeway
están satisfechos, pero consultado sobre la marca en diversos foros de
"expertos" es curioso la gran cantidad que me han desaconsejado la
compra de esta moto, pero el término "curioso" lo empleo porque
ninguno de sus detractores ni conoce, ni tiene, ni ha tenido una Keeway, hablan de oídas. El único
argumento que emplean es el prejuicio de que todo lo que venga o suene a
"chino" es sinónimo de malo, punto. Ese es su argumento. También es
cierto que en los foros conviene no creerse mucho más de la mitad de lo que se
cuenta, porque si hacemos caso de todo lo que se dice no compraríamos ni una Keeway, ni una BMW ni casi ninguna marca
de moto o máquina porque ya se encargan de airear los problemas y a ver qué
máquina está exenta de ellos.
La decisión de compra final estuvo entre tres modelos: La propia Keeway
TX 125 S, la Hyosung Karion RT 125 y la Honda CRF 250 L. De la primera ya he
hablado. Respecto a la segunda, fue una opción real de compra hasta que vi sus
carencias y limitaciones. Si bien es cierto que tiene un muy buen precio, algo
superior a la Keeway, y está bastante preparada para un uso campero, no me
convencieron ni sus gruesos neumáticos que, aparte de buena presencia son
bastante poco efectivos en campo, ni su elevado peso para su tamaño, ni su
escaso recorrido se suspensiones, ni su tosco acabado, ni su pata de cabra que
se recoge sola, ni su incomodidad. Por otra parte desprende una gran robustez
general y tiene un moderno motor biárbol de cuatro válvulas por cilindro, pero...
los anteriores detalles me hicieron desestimarla.
La Honda CRF 250 L juega en otra liga. No se puede comparar a las
anteriores, es cierto. Doble cilindrada, doble potencia y... más del doble de
precio. La incluí por ser la opción "sensata", es decir, la opción
segura, con la que no te equivocas, una opción muy equilibrada tanto por motor
como por calidad de componentes y prestigio de marca. Dada mi nula experiencia
en offroad, mi escaso nivel de exigencia y sólo de pensar que por lo que
costaba la CRF 250 l me compraba dos Keeway
y me sobraba para complementos o gasolina, y ante el riesgo de que no me
gustara el tema, de una posible caída o rotura, finalmente me decidí por la
opción más barata. Si ya en carretera tengo una máquina "cara" con
potencia más que suficiente y que no aprovecho ni la mitad de lo que es capaz
de ofrecer, tanto mayor es mi cautela y precaución en campo donde el riesgo de
algún contratiempo no sólo es mayor, sino que es más complicado de obtener
ayuda, con lo que mi exigencia de prestaciones camperas se reducen a lo mínimo,
por lo que opté por lo "barato".
Así nació esta dualidad: lo caro y lo barato, la BMW y la Keeway, la carretera, el camino.
Hoy, 27 de noviembre de 2013, llegó el momento de recoger mi primera moto trail. Llego al concesionario para recogerla y tras la pertinente espera, revisión y papeleo, comienza a descargar una monumental tromba de agua y granizo. Tras una prudente espera a ver si amaina, la situación se pone complicada con el asfalto muy peligroso y resbaladizo para estrenar moto y neumáticos. Ante la perspectiva de un percance, tal y como estaba el asfalto, decido posponer la recogida para mañana, si mejora el tiempo. Sólo he podido hacer dos fotos de la moto en el concesionario y... quedarme con la miel en los labios.
100 metros de recorrido en el odómetro ¡todo un mundo por delante!
La TX 125 S esperando a su impaciente piloto ser recogida