Se trata de un camino que parte desde el cementerio de Jijona, en dirección este, hasta desembocar en el "Camí de La Torre", pasando por el final del tramo asfaltado de la CV-783. El camino que parte de este punto ya lo he realizado en tres ocasiones, pero desconocía el que sale del punto anteriormente comentado que llega hasta el final de la CV-783.
Una vez abandonada la CV-800, al llegar a Jijona, tomé el desvío al cementerio y me dispuse a iniciar el camino. Al principio, el que dice ser un camino resulta ser una carretera asfaltada que no coincidía con el tramo que tenía en el GPS. Un poco más adelante, la carretera asfaltada pasa a ser un camino pseudoasfaltado chapuceramente con cemento que atraviesa una profunda vaguada. Me paré al comienzo del descenso de la misma y empecé a tener un poco de sudor frío: "otra prueba para el motor Qianjiang". Desde este punto, vislumbraba una pendiente que impone respeto, no ya por la bajada, sino por la subida que culmina en la cumbre de las colinas desde las que hice las fotos de Jijona y donde empieza realmente el camino.
En ruta hacia TorreManzanas por la pista forestal.
Una vez se me pasó el amago de impresión, me lancé con mi TX al paso de la vaguada y enfilé las potentes pendientes cementosas que suben hasta la cumbre. El motor chino rugía como un león enfurecido pero me llevó con solvencia hasta la cima donde el cemento se transformaba en camino, punto donde comencé la grabación de vídeo. Fueron un puñado de kilómetros donde, a mi ritmo de paseo, disfruté como un chino sobre una moto china de los parajes solitarios, pistas forestales de tierra compacta y grava en buen estado y ese entorno relajante y profundo del que disfrutamos los amantes de la naturaleza, una recarga mental de baterías.
Una vez que llegué a este punto, continué por la parte del camino que iba por el "Camí de La Torre" en dirección a Torremanzanas. Me llamó la atención que han asfaltado un tramo del camino con un asfalto poco compactado, con una fina gravilla que parece una trampa para motoristas. Llegué hasta un lugar en el que había una bifurcación, pero se me bloqueó el GPS. Intenté desbloquearlo sacándolo de su soporte y moviéndome a pie para ver si se situaba y cogía la ruta, pero no había manera. Maldije la tecnología que nos hace depender tanto de las máquinas y eché de menos los mapas topográficos tradicionales. Lo apagué, lo volví a encender, pero nada. En esta situación, me puse a hacer fotos de la "Millor terreta de mon", del "Cabeçó" y de los parajes y caseríos solitarios circundantes y decidí dar la vuelta y regresar por la CV-783.
Plano topográfico de la ruta Jijona - La Torre
por caminos.
Jijona, al fondo, y parte del ascenso de la vaguada
que atravesé para llegar a la colina.
Punto del "Camí de La Torre" donde me paré a comprobar
el GPS. Se negaba a indicarme el camino correcto.
Aunque apenas se vislumbra por la bruma, al fondo,
Alicante, y más al fondo, el cabo de Santa Pola.
Un alto en el camino, en la ruta hacia Torremanzanas.
Este es el aspecto del "Camí de La Torre" en uno
de los tramos en que no está asfaltado.
Vista parcial del "Cabeçó", el emblemático
pico de la comarca.
Mi sueño: un caserío solitario en medio del monte.
¿Quién viviría allí? y ¿de qué? ¿con qué medios?
¿Te atreves? La perspectiva engaña. Es mucho más
rupestre y empinado de lo que parece, especialmente
para ir sobre dos ruedas, donde casi todo es un reto.
Otra perspectiva del entorno con la colina de Fontcalent
sobresaliendo al fondo.
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