Miércoles, 20 de julio de 2016. Llevo tiempo siguiendo la evolución de las motos y bicicletas eléctricas. De las primeras no voy a hablar porque siguen estando a precios prohibitivos, y su autonomía y tiempo de recarga tienen que mejorar para considerarlas opciones reales. Tengo la impresión de que cuanto estén a precios asequibles y los tiempos de recarga y autonomía sean decentes... los politicastros de turno subirán el coste de la energía eléctrica, pero eso es otro tema. Las e-bicis no es que sean especialmente baratas ni su autonomía grande, pero obviamente, su precio -aunque caro- es menos elevado que las motos.
Alguien puede pensar que es absurdo comparar una bici con una moto, así como igualmente poco apropiado una E-bici (bicicleta eléctrica) con una T-moto (Motocicleta trail). Yo no lo veo así cuando pienso en el uso que le voy a dar. Cuando me refiero a motocicleta trail, evidentemente, no pienso en una maxitrail, ni mediotrail, esas grandes y pesadas motocicletas de aventura que los fabricantes pretenden hacernos creer que es lo mejor para vivir "tu aventura". Si bien es cierto que son las máquinas de dos ruedas más polivalentes que existen, no es menos cierto que, en mi criterio, es demasiado en todos los sentidos. No, cuando pienso en motocicleta trail pienso en una moto ligera, manejable, robusta, que pase por cualquier sitio, que sea fácil de levantar si se cae, económica, con una autonomía razonable y de fácil mantenimiento. Las prestaciones pasan a un relativo segundo plano. En este concepto es casi obligado recurrir a motos de baja cilindrada. El problema de estas motos es que, precisamente derivado de su concepto, suelen tener prestaciones escasas para seguir el ritmo normal del tráfico. Poder, se puede salir, viajar, hacer carretera nacional e incluso autovía, pero no disfrutas, más bien vas padeciendo cómo eres superado por la totalidad del tráfico rodado. Aunque estas circunstancias ya las conozco, siempre se hacen evidentes cuando circulo fuera de carreteras terciarias, solitarias o caminos, territorios donde sí se disfruta de estas ligeras y pequeñas motos.
Conjunto de motor eléctrico central Bosh,
con batería y controlador.
Es en este punto donde me surge la duda: si tanto me gusta el campo, el monte, los caminos... no me hace falta una maxitrail, ni una mediotrail, ni siquiera me haría falta una ligera trail de baja cilindrada. La opción alternativa sería una e-bici. Evidentemente, con una e-bici no voy a hacer los recorridos ni a las distancias acostumbradas con una moto, aunque sea de baja cilindrada, tanto por su lentitud como por su pobre autonomía. Tendría que limitar su uso casi exclusivamente a recorridos por campo y caminos, con lo que eliminaría de golpe el problema de las prestaciones en carretera, aun a coste, como he dicho, de realizar rutas más cortas. No obstante, tienen una gran ventaja: su extrema manejabilidad y ligereza. Con una e-bici llegas donde quieras llegar, no hay prohibiciones de circulación de vehículos a motor por caminos, no hay caminos malos, ejem, tampoco hay, o no debería haber, cuestas imposibles... Digamos que compensaría la menor distancia de los recorridos y la casi ausencia de circulación por asfalto con recorridos offroad más extremos e inaccesibles. Además, siempre cabe la posibilidad de instalar en el coche un portabicicletas y llevar la e-bici a la zona offroad que quiera recorrer, aunque eso sería ya en un estadio más avanzado de la afición.
Motor eléctrico central Yamaha, con batería y controlador.
Gran parte de esta reflexión también viene condicionada porque, tras más de dos años y medio y unos 13.000 km con la TX, ya me quedan pocos sitios nuevos por descubrir dentro del radio de acción que me permite el poco tiempo disponible. Ampliar este radio no lo veo factible ni por la escasez de tiempo, ni por las pobres prestaciones de la misma en carretera, con lo que solo cabe profundizar dentro de lo que ya conozco, o intentar conocer lugares a los que no he llegado con ella por inaccesibles. Ahí es donde he pensado en las e-bicis como alternativa a la TX, o a cualquier otra trail ligera de baja cilindrada.
Mountain bike eléctrica Rieju con motor
central Bosh.
Como siempre suelo decir, no hay elección perfecta, siempre hay unos pros y unos contras. El acertar suele ser cuestión de intuición, de las apetencias del momento o de suerte, pero es un tema que estoy madurando a lo largo de los últimos meses. El tema es que me cuesta desprenderme de una máquina con la que he vivido tantas pequeñas aventuras, me trae muy buenos recuerdos y eso no lo puedo olvidar fácilmente.
Mountain bike eléctrica Haibike con motor
central Yamaha.
Profundizando ya en el tema de las e-bicis, refiriéndome a las mismas como mountain bikes con asistencia por motor eléctrico, dividiría a las mismas en dos grandes grupos: bicicletas eléctricas con motor central, de una cierta calidad y marca reconocida y bicicletas eléctricas con motor en el eje trasero o delantero. Dentro de las primeras hay bicicletas que equipan, básicamente, dos tipos de motores: Bosh y Yamaha. Muy similares en construcción y prestaciones, suelen ser motores de 250 W de potencia y unos 60-70 Nm de par en los modelos más potentes. Los suelen equipar e-bicis de marcas de prestigio, conocidas incluso en el mundo del motociclismo y con componentes de calidad y precio acorde con la misma. Dentro del segundo grupo hay mucha más diversidad. Suelen ser e-bicis mucho más económicas con motores que vienen montados de fábrica, o bien, que se venden como kit para adaptar a bicicletas convencionales. Las marcas son mucho más diversas, así como sus potencias y prestaciones, que van desde los 250 W hasta más de 500. No digamos ya las baterías, donde puedes encontrarte de todo en marcas, diseños y capacidades.
Mountain bike "Fat Bike" eléctrica Ciclotek
con motor trasero de gran potencia.
Cabe mencionar que existe una limitación legal en las e-bicis para circular por vías públicas: no pueden superar los 25 km/h ya que si no, serían consideradas como ciclomotor. Evidentemente, si el uso se va a restringir a caminos y campo ya pueden equipar motores mucho más potentes que les permiten superar holgadamente esa velocidad.
Por no extenderme mucho, quería terminar el artículo comentando que, dado que la proporción entre circulación por carreteras y caminos es de, aproximadamente, 10 a 1, creo que no compensa una moto trail ligera para este uso que sigue siendo mayoritariamente asfáltico, aunque he circulado por cada asfalto que no merecería llamarse como tal. Por ello, me estoy planteando sustituir la TX por una e-bici, manteniendo la XJ6 que, aun siendo una moto puramente de asfalto, en su sencillez sí que tiene unas prestaciones como para circular sobradamente por cualquier tipo de carretera. Hmmm... ya veremos.
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