Recientemente, en octubre de 2016 finalizaron su aventura, tras 112.500 km, 56 países, 2 años y 10 meses después. Este uso es infinitamente más intenso y estresante para la mecánica que el que cualquier motorista normal puede hacer en toda la vida de la moto. Aparte de los previsibles problemas como pérdida de fluido en amortiguadores, suspensiones, algún eléctrico y pinchazos, no reportan problemas excesivamente graves. A destacar, el cambio del tensor de la cadena de distribución, en una de las motos, con 53.000 km. Quizá, el más grave sea el ocurrido en una de ellas en la que hubo que cambiar pistón y cilindro tras 77.000 km de recorrido. Argumentan que este "prematuro" arreglo de motor quizá fuera debido a un deficiente montaje del filtro de aire, lo que unido a lo polvoriento de los caminos, provocara que entraran partículas de polvo que afectaron a la duración. Otro problema, más o menos serio, fue la sustitución de las bombas eléctricas de gasolina en ambas motos a los 101.000 km. A parte de eso, y de las piezas sometidas a desgaste normal por uso, las motos cumplieron eficazmente con su tremendo destino...
Vaya, desde aquí, este pequeño homenaje a esta pareja aventurera que, inició y finalizó su sueño en motos que muchos considerarían "inadecuadas" para ese propósito. Como dicen ellos: "Pequeñas motos, grandes aventuras". ¡BRAVO PAREJA!
Peter y Leonie en la carretera Austral (Chile, Sudamérica)
con sus Honda CRF 250 L.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Una opinión que no se expresa es una opinión inexistente. Comenta tus impresiones desde el respeto y la libertad.