jueves, 1 de noviembre de 2018

Hanway Furious 125

Jueves, 1 de noviembre de 2018. Hoy, día de todos los santos, y ante la ausencia de rutas destacables en las últimas semanas, he decidido dedicarle un artículo a la Hanway Furious 125. El motivo ha sido la reciente presentación de esta moto, junto con su gran rival china, la Keeway RKF 125.

Siempre me han gustado las pequeñas cilindradas, ya que valoro especialmente la manejabilidad y ligereza por encima de las prestaciones puras. De hecho, mi segunda moto, allá por 1989 fue una de las modernas, aunque no más punteras, 125 2T que entonces causaban furor: la Cagiva Aletta D´Oro 125 que conseguía unos buenos 25 CV a 9.000 rpm. Recientemente, disfruté durante casi tres años de mi primera trail, una Keeway TX125S de 11 CV a 9.000 rpm con la que realicé innumerables recorridos por entornos rurales.

Otro de los motivos de dedicarle un artículo a esta Furious es que, hojeando su manual de usuario, me han llamado la atención dos detalles que no había visto hasta ahora en motos de procedencia china: los intervalos de cambios de aceite cada 10.000 km y la última revisión especificada en dicho manual, nada menos que a los 115.000 km, lo que presupone que el fabricante confía en su producto tanto para soportar intervalos relativamente largos entre cambios de lubricante, como en la fiabilidad y duración. Todo esto, junto con un precio contenido de 2.995 euros lo hacen muy interesante en el competitivo mundo de las 125 deportivas, frente a sus rivales japonesas y austríacas que superan con amplitud los 4.000 euros.


Hanway Furious 125. Tecnología china de gran
fiabilidad y rendimiento.


Estética y mecánica modernas, donde solo falta 
el ABS, comprensible dado su ajustado precio.


Cuadro de mandos totalmente digital para la Furious.


Especificaciones técnicas extraídas del manual
de usuario y mantenimiento.


Intervalos de mantenimiento largos y escasos.


Última revisión tasada a los 115.000 km. ¿una
garantía de fiabilidad y duración?










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