Domingo, 09 de noviembre de 2025. Casi sin querer, y digo casi, porque la idea inicial no era esa, me explico. Tocaba pasar la revisión anual de la Speed 400, y ya de paso, me encaminé al concesionario Triumph a conocer la gama actual. En ese proceso, el comercial me comentó si quería probar la Trident 660, la evolución natural desde la Speed 400 (obviando la Speed 900 que monta el mismo motor que mi ex-Scrambler 900), a lo que me "resistí" algo inicialmente, porque ya intuía que, de probarla, me iba a gustar más que la 400, y ya sabemos lo que pasa, moto que pruebas, moto que quieres.
El problema de probar motos es que, tarde o temprano, alguna te gusta más que la que tienes. Es lo que ha sucedido con la Trident 660, una ligera, manejable y potente motocicleta que consigue ese difícil equilibrio entre peso, manejabilidad y potencia, pero aumentado exponencialmente respecto de la 400. Ciertamente, es 20 kg más pesada, pero aún así se mantiene en márgenes muy razonables, con solo 190 kg en orden de marcha, teniendo en cuenta que monta un motor tricilíndrico de 660cc y 81 CV de tacto suave y enérgico.
El tacto y la respuesta del famoso tricilíndrico británico es tan suave y dulce como contundente, contando con una fuerte respuesta que no esperaba a bajo y medio régimen, lo que hace la conducción mucho más suave y agradable que con la monocilíndrica de 400, y encima con mayor poder de respuesta, junto con un mayor aplomo, estabilidad y sensación de seguridad, pero sin perder esa ligereza y manejabilidad que tanto valoro.
Así pues, tenemos otro problema, una moto que me gusta más que la 400. Aunque ambas te lleven a los mismos sitios, la tricilíndrica lo hace con un mayor agrado y placer de conducción, con lo que ya está la mecha prendida...


No hay comentarios:
Publicar un comentario
Una opinión que no se expresa es una opinión inexistente. Comenta tus impresiones desde el respeto y la libertad.