Hacia finales de 2013, me debatía entre varios modelos, cuando ya tenía claro que lo que quería era una trail ligera para complementar la por entonces BMW R 1200 R para ampliar su radio de acción a caminos y carreteras en mal estado. Finalmente, la elegida fue la Keeway TX 125 S, no sin ciertos prejuicios y recelos al tratarse de una moto de pequeña cilindrada y... ¡china! Si bien es cierto que Keeway estaba adquiriendo reputación como moto fiable y de buena relación precio/calidad comparada con las motos chinas conocidas hasta entonces, cierta desconfianza seguía teniendo.
Una vez pasados estos primeros 10.000 km. por todo tipo de caminos, carreteruchas, carreteras y autovías, puedo decir con rotundidad que es una moto robusta y fiable, al nivel de las mejores de su rango de precio. Bien es cierto que tiene ciertos detalles de construcción y acabado mejorables, pero no son muchos más que las motos con las que debe ser comparada.
10.000 km resumidos en dos minutos y 38 segundos.
Durante este tiempo, nunca me ha fallado, incluso en aquellos momentos en los que más temía un percance: caminos solitarios por sierras o montañas, donde sería difícil conseguir ayuda o asistencia. Especialmente en las primeras salidas por estos parajes, siempre me rondaba por la cabeza la idea de ¿y si ahora no arranca? o ¿y si se para? junto a los ya habituales y posibles ¿y si se pincha y no funciona el spray antipinchazos? o el no menos terrorífico ¿y si me caigo? Con el tiempo y las salidas, fui cogiendo confianza. La moto no fallaba, la moto me llevaba a parajes a cientos de km. sin rechistar, a su ritmo, lento pero constante, con tenacidad, sin desfallecer, subiendo puertos de montaña, bajándolos, recorriendo caminos pedregosos, con grava, con tierra, con torrenteras... Si por algún sitio no pasaba o me daba la vuelta, era más bien por mi escasa preparación off-road o por la "excesiva" prudencia que me invitaba a no asumir más riesgos de los necesarios, pero no porque la moto mostrara limitaciones, aunque evidentemente, se trate de una moto con unas suspensiones, neumáticos y potencia muy básicos, pero me bastaban para mi rodar tranquilo y contemplativo.
En estos primeros 10.000 km. los únicos contratiempos que he tenido han sido la pérdida de un tornillo del sensor de la pata de cabra, la de uno de los delanteros que sujetan la tapa lateral izquierda que da acceso a la batería (tengo mis dudas de si vendría la moto sin él puesto que fue con ella casi a estrenar) y la más llamativa del tornillo que sujeta el contrapeso izquierdo del manillar. Otro pequeño percance fue la de la rotura de los enganches de los tornillos que sujetan el potalámparas de la luz trasera de la matrícula. En este caso no sé si atribuirlo a vibraciones o a alguna maniobra mía relacionada con la puesta y quitada de la funda que la protege de la intemperie que, a veces, se me enganchaba en la matrícula.
Resumiendo, muy satisfecho con la compra y el resultado de la moto hasta ahora, un buen adelanto de lo que puede ser su madurez y posible vejez si sigo con ella, algo que me gustaría pero que, a veces, me planteo su sustitución ya que los años se me echan encima y de plantearme alguna mejora tendría que ser a no mucho tardar, no sea que "se me pase el arroz".
Los primeros 10.000 km. a bordo de la TX
La TX en las cercanías de la Sierra de La Pila (Murcia)
unos de sus destinos preferidos. Casi 200 km. de ruta.
La TX cerca de la cumbre de la cadena montañosa
de Crevillente, entre Albatera y Hondón de Los Frailes.
La TX por las cercanías de "El Cabezón"
de TorreManzanas.
La TX por los caminos de la Sierra de La Pila.
La cota más alta alcanzada -hasta ahora- con la TX:
los 1.265 m. del pico de "La Pila".
El punto más alejado -hasta ahora- Cabo Cope (Águilas,
Murcia) desde las montañas atravesadas por la RM-D20
Con Top case o sin él, subiendo o bajando, por pistas
o carreteras... la TX me lleva a su destino.
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