Para llegar hasta aquí, tuve que cumplir el trámite de circular por la autovía A-31 hasta Almansa. Desde aquí, por la N-330 dirección Teruel, hasta Ayora. Aquí comienza la verdadera ensoñación al circular por una carretera que parece pertenecerme sólo a mi. Realmente, llegas a preguntarte cómo existen parajes tan inhóspitos y, al mismo tiempo, tan relativamente cerca de núcleos de población. Es de esas carreteras que siempre me han gustando: tan solitarias, tan ajenas al turismo, tan poco conocidas. Todavía quedan parajes por los que perderse, sólo hay que buscarlos.
Aeorogeneradores al borde de la CV-590
Parajes donde están instalados
Detalle mayor de estos ingenios humanos
El tamaño engaña. Parecen pequeños pero cada aspa mide casi 12 metros
y la "caja" con el dispositivo es mayor que un autobús.
Otro detalle de los accesos desde la carretera
Parajes por donde transcurre la CV-590
Vista lejana de otra instalación de aerogeneradores
Población de Enguera, ya finalizando la CV-590
Un alto en el camino, cerca de las ruinas de una casa. Sólo se oye el silencio.
Km. 39 de la CV-590. 39 kilómetros de disfrute rodador.
Si hubiera tenido una trail, la guinda sería meterme por la
infinidad de caminos que salen desde la carretera.
No sabía qué cara poner, me hubiera quedado horas mirando los paisajes
y haciendo fotos de cada perspectiva que me llamaba la atención.
y haciendo fotos de cada perspectiva que me llamaba la atención.
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