Ruta y acceso a la cueva de la Excomunión.
De haber tenido una trail, ejem, podía haber accedido con ella hasta el mismo inicio de la senda final que conduce a la cueva. El trayecto es una pista forestal en muy buen estado, con ocasionales acumulaciones de grava y piedras, pero con torrenteras muy superficiales y apta, incluso para vehículos asfálticos. Si no llega a ser porque estaba relativamente embarrado y con grandes charcos en varios tramos, me hubiera atrevido incluso con la XJ6.
Así pues, partiendo de la RM-A10, me desvié por la pista forestal, aparqué la moto en un lateral y me dispuse a hacer el trayecto a pie. En un exceso de confianza que casi me cuesta no encontrar la cueva, me dejé el GPS en casa, con lo que pasé de largo el desvío de la senda que conduce a la cueva y terminé al final de la pista forestal, en un ensanchamiento destinado a tala de árboles. Tras más de 4,5 km. recorridos y dando por perdido este primer asalto a la cueva, inicié el regreso. Mientras bajaba, me fijé con más detenimiento en cada piedra, en cada torrentera y en cada ensanche que pudiera parecerse a una senda. Finalmente, una piedra con una pequeña acumulación de guijarros, en un lateral de lo que parecía una torrentera, me llamó la atención. Me fijé con detenimiento y vi la marca amarilla que algún desinteresado senderista había colocado hace tiempo para señalizar el desvío a la cueva. Estaba un poco cansado, con ampollas en los pies y justo de tiempo, tras más de 5 km de ascenso ligero por la pista, pero no podía perdérmelo, así que... un esfuerzo final y ahí estaba. La primera impresión fue un poco de desilusión ya que es mucho más pequeña de lo que me esperaba, aunque aún así, impresionante. Probablemente, hace unos 200 años, cuando vivía Jaime "El Barbudo" fuera más grande y con mayor profundidad, pero en la actualidad es una cueva con muy poco fondo, aunque muy alta.
Resumiendo, una agradable jornada, en un entorno serrano donde el silencio resulta incluso aturdidor, fresco, húmedo, con innumerables olores a diversa vegetación tras las últimas lluvias, y sobre todo, la satisfacción de encontrar y ver un paraje poco conocido, escondido y de difícil acceso con mucha historia detrás.
Imagen Google Earth con el trazado realizado a pie
desde la RM-A10 hasta el final de la pista forestal
y cueva de la Excomunión: unos 10 km.
La XJ6 al inicio de la pista forestal con un gran
charco detrás, fruto de las últimas lluvias.
Un gran caserío abandonado frente a la pista forestal
de entrada a la Sierra de La Pila. ¿Dónde está la XJ6?
La bifuración más esencial de la pista: a la derecha,
el Pico Pelado, el de Los Cenajos y Mojón de las 4
caras; a la izquierda, pista maderera y la cueva de
la Excomunión, sin señalizar.
Un poco más adelante, este cable de acero servía
para cerrar el paso a vehículos con un candado.
A fecha de hoy, está abierto.
Bajo este gigantesco peñón se esconde la cueva
de la Excomunión, prácticamente invisible hasta
que estás encima.
En esta otra perspectiva se ve el peñón bajo el
que se esconde la cueva y al fondo, a la izquierda,
el pico de Los Cenajos.
Este es el final de la pista forestal: tala de árboles.
No hay salida más adelante, toca volver.
Este es el inicio de la senda que conduce a la cueva.
Una piedra con un discreto montón de guijarros
encima es la única señal de que es el camino.
Perfil tipo de la difícil senda de acceso a la cueva.
La cueva de la Excomunión. Oculta bajo el
gigantesco peñón y con el techo tiznado de hollín
fruto de muchas fogatas.
Un primer plano del interior de la cueva. Tras las
últimas lluvias, estaba todo humedecido y chorreaba
agua. Pobre morada para Jaime y sus bandidos.
Parte superior del peñón, refugio de aves rapaces.
Hacia el lado derecho de la cueva, una garganta
recorre parte del peñón desde la que se divisa
el desfiladero.
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