lunes, 11 de enero de 2016

La gran decisión

Domingo, 10 de enero de 2016. Llevaba ya bastante tiempo pensando el tema de tener dos motos y el uso que le daba a cada una. El tener dos motos implica que al final termines decantándote por una de ellas, salvo que tengan usos claros y diferenciados. Lo he intentado y mantenido durante más de dos años, pero creo que es hora de perfilar más los usos. En octubre de 2015 ya plasmé por escrito parte de estas reflexiones en el artículo moto vs coche. Desde noviembre de 2013 en que adquirí la TX 125 S, con la que me introduje en el mundo trail, descubrí un mundo de posibilidades que hasta entonces no conocía, o más bien, estaban aletargadas. Hasta ese momento solo había tenido motos de carretera y mis escarceos con vehículos en el monte, o caminos, se reducían a la época en la que circulaba por estos entornos en coches del tipo Renault R-6 o Talbot 150. Con ella comencé a introducirme de nuevo en parajes de carreteras secundarias, terciarias, cuaternarias, caminos, pistas y ambientes rurales y empecé a identificarme de nuevo con lo que verdaderamente me gustaba.


Renault R-6 (1981) En uno similar recorrí infinidad
de caminos por las provincias de Guadalajara y Cuenca.
5,5 años y unos 45.000 km recorridos. Comprado con
12 años, retirado con 17,5.


Talbot 150 GT2 (1990) El vehículo que más tiempo he
 tenido y más kilómetros he hecho: 10 años y 130.000 km.
por todo tipo de carreteras, caminos y pistas. Comprado con
8 años, retirado con 18


No me gusta correr, ni las grandes potencias -especialmente en moto- no me gusta competir, ni tampoco necesito tecnología ni compararme o impresionar a nadie. Por ello, elegí la moto trail nueva más sencilla y barata que en ese momento se encontraba en el mercado de entre las disponibles. Si bien es cierto que tiene una escasa potencia que no permite seguir el ritmo normal del tráfico en carreteras rápidas y que, por ello, muchos considerarían que no sirve para rutas medio largas, si que disfruto de ella en cuanto planifico las mismas por vías alternativas, alejadas de autovías o nacionales y que incluyan pistas o caminos. El grado de disfrute en estos ambientes ha llegado a tal nivel que el hecho de circular únicamente por carretera en moto ya no me atrae. Ir en moto por asfalto y tener que limitarme a este, con la cantidad de caminos que existen, me hace sentirme menos libre. Tampoco me gustan las tan de moda medi o maxitrails aventureras, motos multipropósito que podrían cubrir ambos papeles pero que considero totalmente pasadas de precio y peso. Con la inversión necesaria para una moto de esas características prefiero un coche con un cierto nivel de prestaciones y equipamiento.


Yamaha XJ6 N SPecial, excelente y equilibrada
naked media, pero lo mío es el multipropósito ligero.


Toda esta introducción viene al hilo de que he tomado la gran decisión: poner a la venta mi Yamaha XJ6 N SPecial quedándome como única moto con la Keeway TX 125 S. Es una decisión "dura" porque la XJ6 es una moto que me gusta mucho. En su tipo: naked sencilla y económica de cuatro cilindros y media cilindrada no tiene competencia. En el mercado actual, las motos de corte similar son todas bicilíndricas y el modelo de Yamaha, salvo por la poco conocida y menos difundida Benelli BN 600, no tiene rival en su rango de potencia y precio. Me da cierta "pena" porque además de la exclusividad de ser un modelo de serie limitada -versión SP- está muy bien equipada, pero las decisiones son así: aceptas unas cosas renunciando a otras, no se puede tener todo. La idea es quedarme con una sola moto: la trail ligera TX 125 S para rutas rurales y un coche nuevo para el resto de recorridos, sustituyendo el vetusto actual... casi decidida la versión, pero a falta de confirmarla. Una gran responsabilidad recae sobre la TX al quedarse, previsiblemente, como la única moto de aventura agraria de Deiotarus.

Actualizado: Lunes 18 de enero de 2016. Decía el artista francés de origen cubano, Francis Picabia, algo así como "Nuestra cabeza es redonda para permitir al pensamiento cambiar de dirección". Eso es lo que hecho. He llegado a la conclusión de que vender la XJ6 me generaría un vacío existencial, moterilmente hablando, que no compensaría con un vehículo de cuatro ruedas por bueno que sea. Así pues, cualquier cambio en mis medios de automoción, salvo necesidad perentoria, tendrá que pasar por mantener la XJ6.




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