lunes, 23 de julio de 2018

1984: la sociedad que nos quieren imponer

Lunes, 23 de julio de 2018. En los años 50 del siglo pasado se publicó la novela "1984" de George Orwell. Es una novela política de ficción que introdujo el concepto del intervencionismo absoluto del estado en la vida de las personas.

Año 2018, vivimos un continuo, repetitivo, constante y masivo bombardeo de información de los medios con noticias que no tienen el fin de informar, sino de manipular la opinión de la sociedad para hacerla manejable, como si llevara unas anteojeras, enfocada en la dirección que los manipuladores quieren y anulando todo pensamiento crítico.

Las noticias interesadas de los medios de manipulación y las recientes decisiones de los politicastros que padecemos, han hecho que me haya venido a la mente esta novela, y su película basada en la misma, ya que da la impresión de que todo lo que predice Orwell en la misma se está cumpliendo paso a paso. Y lo peor de todo es que no sabemos el desenlace.

Hace tiempo que me di cuenta de esta situación, el problema es cómo afrontarla. Vivimos en una especie de "rueda de hámster gigantesca" (sociedad) y nosotros somos como el hámster que cree que dando vueltas va hacia algún sitio. Si te sales de ella, empiezan las dificultades. Es un problema de dos partes: primera, darse cuenta; segunda, qué hacer. A veces pienso que es mejor vivir en la ignorancia, pensar que el Estado mira por tu bien, y hacer lo que "debes" hacer. Quizá, solo quizá así se sea más feliz. Darse cuenta de la manipulación y no hacer nada, no saber cómo canalizar esa reacción, puede tener efectos dañinos para la psique.

De nosotros, de nuestra capacidad crítica, de nuestra capacidad para buscar fuentes alternativas de información, de nuestra capacidad de pensar por sí mismos, de nuestra capacidad para salirnos de la "rueda" depende que el camino que llevamos no nos conduzca a un fin indeseable. Novela y película totalmente recomendadas.


Cámaras de vídeo-vigilancia por todos lados.
¿A alguien le suena?


La guerra es paz, la ignorancia, fuerza; la libertad es
 esclavitud. Repite una mentira hasta que parezca verdad.


El "Gran Hermano" (Estado) te está viendo.


Una de las muchas portadas de la
famosa y predictiva novela de Orwell.


El ciudadano perfecto: consume y
obedece. No cuestiones el sistema.









sábado, 21 de julio de 2018

Honda SH 300i

Sábado, 21 de julio de 2018. Nunca pensé que me llegaría a interesar por los scooter, pero lo cierto es que tras probar durante ya unos cientos de km la Rieju Bye Bike, resulta que me encanta el cambio automático por variador. Esa sencillez y efectividad a la hora de mantener el régimen del motor, la ausencia de maneta de embrague, de pedal de cambio, del constante procesamiento mental sobre la marcha que tienes que llevar, de reducir, o subir de velocidad, de encontrar el punto muerto, de ruidos, de durezas, de golpes... que empiezo a vislumbrar que a la CRF250L no le queda mucho tiempo de estar conmigo... Quizá sea que me estoy volviendo mayor, o cómodo, pero todo son etapas y tienes que pasar unas para llegar a las siguientes.

Es cierto que el cambio por variador y embrague centrífugo también tiene sus defectos, cómo no, especialmente la pérdida de potencia en la fricción de los componentes, y ya como algo personal, el perder ese "feeling" que supone el decidir por uno mismo cuándo cambiar de marcha. Aún así, si se trata de agrado y suavidad de conducción, creo que un cambio por variador no tiene rival en cuanto a agrado de manejo. Por otro lado está el tema de que en una moto tradicional tienes todos los miembros ocupados, dos de ellos, brazo y pierna izquierdos, solo para el cambio, por no hablar del pie derecho para el pedal de freno. En un scooter automático puedes llegar a manejarlo únicamente con el brazo derecho. Quizá, solo quizá, un muy buen y preciso cambio mecánico lo pudiera igualar en placer de conducción, pero no he tenido ocasión de experimentar algo tan bueno.

El caso es que me ronda la idea de en un futuro cercano, cambiar la CRF250L por un scooter. Es verdad que no tiene la imagen aventurera de la trail nipona, que no es tan capaz de andar por terrenos en mal estado con esa eficacia, pero si echamos cuentas, los km realizados por vías no pavimentadas o en mal estado son escasos. De esto me estoy dando cuenta con más profundidad ahora, desde que tengo la Bye Bike, donde se da la paradoja de que me muevo más por tierra, con esta, que con la propia CRF250L con la que -mayoritariamente- solo la uso en asfalto. También es cierto que aún en ese ambiente es una moto sumamente manejable y agradecida, y tiene un comportamiento intachable, pero la combinación de cambio mecánico y excesiva altura de asiento sobra y... ese cambio automático... una vez que lo saboreo, lo quiero, hasta el punto de querer desterrar todos los cambios manuales, tanto en motos, como en un futuro, también en latas.

Y volviendo al mundo de los scooter, no se me ocurre mejor opción que el ligero y manejable scooter de rueda alta de 300 cc de Honda, el SH300i. Si tiene que ser scooter, en mi criterio, debe ser de rueda alta. Al menos, si tengo que meterme por pistas o vías no pavimentadas en no muy buen estado, siempre será más efectivo que uno de rueda pequeña. Además, también en asfalto debería tener un comportamiento y aplomo más de "moto". Por otro lado, la cilindrada de 300 me parece un perfecto compromiso entre prestaciones y ligereza. Suficientemente potente para moverse en carretera con dignidad, pero con un peso todavía contenido que la hace manejable, alrededor de 170 Kg en orden de marcha.

Hmmmm.... No lo barajo como algo inmediato, puesto que tengo que madurar la idea, pero... cuando algo se te mete en la cabeza...


Honda SH 300i 2018.


Cuadro de mandos de la SH 300i.


Walkaround de la SH 300i por MotorCycleTube.









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